jueves, 9 de febrero de 2012

San Valentín se viste de verde

Se comenta que para el 14 de febrero, los cines de la capital cubana nos tiene preparado el estreno de una de las más recientes producciones cinematográficas del ICAIC: “Verde verde”.

Yo apenas tenía conocimiento de esta película, hasta que Tony (un compañero de trabajo) nos la contó de manera abreviada en la oficina.

Según este sitio de cine cubano, la cinta trata de un hombre que huye desesperadamente por un laberinto buscando una salida que no encontrará. En su fuga tropieza con apariciones que le bloquean el paso: En un bar del puerto, Alfredo, paramédico de navegación mercantil, conoce a Carlos, informático aspirante a aviador. El navegante invita a Carlos a su hangar en el puerto. Atracción, proceso de seducción y rechazo. La vida se vuelve verde.

Según Tony, la película es sobre un hombre que mata a otro después de seducirlo y tener relaciones sexuales con él, ya que descubre entonces que es homosexual y quiere evitar que su secreto se conozca por miedo al rechazo de la sociedad. Sangre, asco, sexo duro y violencia, son las palabras con las que mi amigo describe la película vista en la tarde del domingo, en su casa y con su novia.

El objetivo de este post no es comentar una película que a simple vista parece ser degradante, incluso para los mismos homosexuales, ya que, más que lograr que las personas vean las relaciones sexuales entre personas del mismo género como algo natural, me parece que sólo va a generar rechazo, críticas, y mucha burla por la parte machista de esta sociedad (y quizás también la no tan machista).

Cada cual sabe lo que actúa, dirige, produce, e incluso presupuesta. Y si ya hemos visto películas como “Molina’s ferozz” o “Fábula”, pues esta no será algo mucho más escandaloso.

Mi objetivo es llamar a la reflexión a los responsables de las carteleras en los cines. ¿Acaso alguien piensa que es una fecha apropiada para estrenar una película de tal contenido un 14 de febrero? ¿Acaso saben que la mayoría de los jóvenes que no tienen una economía sólida para respaldar los altos gastos que trae como consecuencia un día tan señalado como ese, sólo acuden a las opciones del Coppelia, Cine Yara y Malecón? ¿Acaso alguien imagina la connotación que pueda traer en las parejas de adolescentes y jóvenes que irán al cine para celebrar el Día de San Valentín, ver una película de tal envergadura?

En mi opinión, quienquiera que haya estado encargado de dicha elección, es un irresponsable, y, seguramente, alguien que no tendrá la necesidad y única opción de pasar el Día del Amor con su pareja y/o amigos viendo algo tan denigrante.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Se arrienda: Comunicación

En la unión de las calles 21 y J, en el Vedado habanero, hay una casita verde en cuyo  portal hay un muchacho muy amable al frente de su cafetería, llamada “Tutti Fruti”. Muchas veces, cuando mis compañeros de trabajo y yo tenemos deseos de merendar, nos llegamos hasta allí, pues está cerca y la comida es de buena calidad.

Aparte de ir a comer, también pasábamos de vez en cuando para curiosear en un quiosquito que estaba justo a la entrada de la casa, en el jardín, donde había una muchacha que vendía muchas cosas de gran utilidad a precios módicos.

Y digo ‘había’ porque desde ayer ya no está. El espacio está vacío, y sólo queda el del muchacho, dicho sea de paso, hijo de la dueña de la casa. Ayer pensé que la muchacha no había ido por las fuertes lluvias que hubo, pues está al aire libre. Hoy, al ver que tampoco había nadie, pensé que había tomado la decisión de abandonar el lugar.

Al ir a merendar a la cafetería, decidimos preguntarle al muchacho qué había pasado con el quiosco del jardín. Él, con cara de frustración, nos dijo que habían pasado unos inspectores de Vivienda, del Departamento de Arrendamiento, y les habían quitado la licencia para arrendar el espacio, alegando que no se podía alquilar el jardín y que les darían un papel para que fueran a la ONAT a cambiar el tipo de Licencia y, en lugar del jardín, arrendaran el portal, compartiendo así dicho espacio entre el dueño de la cafetería y la dueña del quiosco.

La dueña de la casa fue a la ONAT a presentar su reclamación ante las personas que le dieron la licencia de arrendamiento. La jefa del Departamento le dijo que les daba mucha pena que habiendo dado tantas licencias hubiesen tenido que quitarlas por orientaciones de “arriba”, y le recomendó que fuera a la Dirección de Planificación en el municipio Plaza de la Revolución a presentar su queja.

Comenta el muchacho que ese mismo día su mamá fue al lugar que le orientaron, y que las personas que la atendieron allí le dijeron que eso había sido un mal trabajo de la Direcciónde Vivienda ya que tomaron una decisión sin contar con ellos.

El muchacho nos dice que tal vez todo el problema tenga que ver con el hecho de no afear el ornato público, mientras, con rostro irónico, miraba hacia el agro que tienen en los bajos del edificio de al lado, de donde sale (a simple apreciación) bastante bulla y malos olores.

Según él, la capacidad de los particulares para alquilar cualquier espacio de sus casas a vendedores por cuenta propia está apoyada por una Resolución que constaba en la misma licencia que le fue otorgada a su madre para el arrendamiento del portal. Y acto seguido afirma que ninguno de las respuestas dadas en la ONAT y en la Dirección de Planificación de Plaza fueron respaldadas por alguna resolución o decreto-ley.

El pueblo necesita mayor acción, mayor apoyo por parte de las instituciones, mayor información de sus derechos, pero más que nada, es necesario que haya una mayor comunicación entre los dirigentes que están a cargo de decisiones trascendentales para que no sucedan este tipo de faltas de respeto.

No nos cabe la menor duda de las buenas intenciones que están detrás de todas las medidas adoptadas por el Estado para mejorar la economía, pero mientras sigan ocurriendo tales  irregularidades se irán perdiendo las fuerzas de echar para adelante un país.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Apostando por su vida

Ella llegó a su lugar de trabajo. Le pidió al chofer que esperara un rato por si no podía entrar. Se puso a un costado de la puerta a esperar por algún hombre solo con quien poder pasar, ya que las restricciones no permiten acceder al local sin pareja. Un hombre trajeado con rostro familiar se le acerca un poco y le dice entre dientes que esta noche está presente el jefe de ellos, lo que significaba que no podía caminar mucho una vez dentro, pero a ella no le preocupaba mucho eso, sabía que su "virgencita" no la iba a desamparar esa noche.  

Finalmente se acerca un grupo donde aprecia con facilidad que son latinos, y aunque no sería lo ideal para la noche, era lo que necesitaba para pasar cuanto antes, por lo que decide acercarse. -Buenas noches -les dice en tono delicado- ¿Podría pasar con ustedes? Es que no tengo pareja y no puedo entrar sola, yo les daría el dinero del ticket. 

Por las primeras reacciones que vió en sus rostros cuando la observaron se dió cuenta que había acertado en la elección que había hecho. Y cómo negarse, si más que una tentación, aquella blanca palidez sobre esa delgada silueta mezclada con aquel rostro que llevaba exceso de maquillaje para opacar la corta edad (objetivo no alcanzado), era la imagen de la inocencia en persona.

Luego de entrar y acomodarse en su asiento, ella recorre con su mirada el lugar. La jornada promete, aún no son las 11 de la noche y todas las mesas están llenas. Y es que a pesar de ser martes, es bien sabido por todos que es uno de los mejores días de la semana para trabajar, ya que asisten bastantes turistas y pocos cubanos, y así no corre tanto riesgo de encontrar alguna cara conocida. Pero cuando se está tan metida en ese mundo, con el tiempo se pierde el temor de que descubran los demás su profesión, pues la trampa de querer más y más hace que vaya desapareciendo todo el pudor que un día hubo.

Y comienza la cuenta regresiva. Sabe que cada minuto que transcurre es una oprtunidad que se escapa de poder salir cuanto antes de ese lugar en compañia de alguien que pague por tener un cuerpo joven en su cama. A medida que va pasando el tiempo aumentan las posibilidades de que lleguen más como ella, y queden menos como ellos. Pero esa noche sabe que la suerte la acompaña, en el grupo con el que pasó hay unos cuantos que podrían ser los candidatos ideales, así evitará hacer lo que le prohibieron cuando entró, y es que a veces se cansa de caminar de un lugar a otro mostrando la mercancía esperando que algún regordete colorado le haga una seña para terminar lo que sería la primera parte de su infierno.

-¿Es su primera vez en Cuba? -le pregunta a quien se ha sentado a su lado.
-La verdad que sí, ésta vez nos tocó a nosotros -responde él con desenfado
-¿Les tocó? ¿Pero de dónde son ustedes? -pues por más conocido que le paraciera su acento, no tenía definida su procedencia, y es que no es el turismo con el que está acostumbrada a tratar.
-Somos venezolanos, hemos venido en la comisión que ha acompañado a nuestro presidente para la Cumbre del Alba -dice él.
-Ah... ¿y qué les ha parecido Cuba? -es la clásica pregunta que noche tras noche hace en el mismo lugar a posibles clientes, no importa de qué país vengan.
-Pues la verdad... -dice él mientras cambia la mirada para tratar de hallar la respuesta correcta-. Te podría decir que no es lo que esperábamos, pero sí, está bastante bien.
-Lo mejor y lo peor de Cuba es que nunca será lo que ustedes esperan que sea -afirma ella en tono resignado.

Cuando escucha éste tipo de comentarios se queda pensando, porque sí, quizá sea cierto lo que decían, en verdad lo era, pero, qué sabían los que venían de otros países de lo que realmente era Cuba, si 15 días no son suficientes para conocer una nación, su pueblo, sus necesidades y menos el motivo de las mismas. Era muy fácil venir y desde el último piso de un hotel lujoso o desde atrás del timón de un carro caro, o incluso desde una camilla tumbada sobre la arena de la playa, juzgar a Cuba y a los cubanos. Claro estaba para su mente que siempre se iban a llevar las respuestas equivocadas. Pero mejor lo dejaba pasar, su objetivo en ese lugar no era hacerle entender a nadie su punto de vista, más bien era no perder los 40 CUC que había tenido que invertir entre los 10 del taxi, los 10 de la entrada y los 20 que debía pagar al personal de la mal llamada "seguridad", algo que le hizo recordar que debía levantarse para pagar el dinero que aún debía.

Pide permiso para ausentarse por un momento. Camino al baño (que era donde siempre estaba el custodio encargado de recoger el dinero), saluda a sus colegas, cuyos rostros son vistos por ella con más frecuencia que el de su madre y su hermana, a quienes dejó en su provincia de origen, rostros conocidos desde su infancia y que ahora sólo se dan un frío saludo pues en este negocio la amistad es algo que estorba. Aquí lo único importante es la rapidez y agilidad que se tiene para hallar lo que se busca y salir a tiempo de aquel lugar antes de que otra se lo arrebate haciendo una oferta más barata o realizando gestos mas obscenos, ya que en la guerra, en el amor y en la prostitución todo es permitido.

Hoy está más nerviosa de lo normal, pues ha tenido que venir sola. Días como éste lo común hubiera sido que su novio la acompañara hasta la entrada del lugar y se quedara afuera junto a otros más como él. vigilando que todo esté bajo control. En caso que surja algún inconveniente, él le avisaría por el móvil que saliera, o bien entraría para irse lo antes posible sin mayores complicaciones, que ellos saben que pueden ser bien grandes si no están muy atentos a cualquier anomalía.

Vuelve a su lugar, debe asegurarse que su acompañante será el cliente que tendrá ésta noche, pues en caso de no ser él, debería abandonar la mesa apenas terminara el espectáculo y empezar todo de nuevo. Cree que ha logrado su objetivo, aunque percibe que hay indecisión. Pero eso no es un problema para ella, pues a su temprana edad sabe justo lo que debe hacer para conseguir lo que quiere de un hombre, conoce con exactitud los puntos débiles que tienen, sabe que si hay una indecisión, hay una oportunidad. Esto no se lo ha enseñado la madre en una clase tradicional del tipo madre-hija que se tienen en muchas familias, esto no se lo ha contado ninguna amiga, no es un secreto descubierto en algún libro escrito por un sabio; esto se lo ha enseñado la vida, los golpes, las numerosas experiencias que ha acumulado desde que decidió comenzar la vida fácil más difícil que ha existido.

Finalmente deciden marcharse, y ya es costumbre que ella sea la primera en hacerlo. Las demás no tienen nada que envidiarle, unas son más bonitas, otras más baratas y algunas hasta acceden a proposiciones que aún para ella resultan indecorosas, pero todas saben que lo que no consiga ella, no lo conseguirá nadie. Él, se va sonriendo como quien ha ganado un trofeo; ella, también lo hace, pero obviamente por razones diferentes, está pensando que mañana debe levantarse temprano para mandarle el dinero que le faltaba a su madre para terminar de arreglar el baño de su casa. Está feliz, ahora sólo le queda juntar para reconstruir el resto de la vivienda... Ya falta menos, y quizás en un futuro tenga la voluntad necesaria para adaptarse a ganar en un mes la décima parte de lo que hoy por hoy gana en una noche.
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